Envejecer bien
Cuando envejecen, las personas mayores pueden acumular varias desventajas o impedimentos sociales, físicos, psicológicos, y cognitivos.
El envejecimiento es acompañado principalmente por una declinación cognitiva (incluyendo posibilidades de adaptación reducidas, "desaprendizaje", desmotivación, dificultades de memoria, demencia o enfermedad de Alzheimer') como también deterioros psicológicos mayores (que se hacen visibles por una vulnerabilidad psicológica mayor, inexistencia de nuevas relaciones, afectación de la autoestima, o depresión).
También aparecen dificultades físicas considerables, caracterizadas particularmente por mayores preocupaciones en la salud, patologías funcionales graves, pérdida de destreza física y de coordinación sensorio-motora. Este deterioro de las capacidades físicas y mentales en las personas mayores puede ocurrir naturalmente a lo largo del tiempo, pero también luego de un accidente o una enfermedad. A veces, el deterioro es solamente temporario pero en algunos casos puede volverse permanente. Su cantidad y gravedad tienden a aumentar con la edad: así, mientras el 10% de los jóvenes menores de 21 años presentan una deficiencia, este porcentaje sube a 36% para las personas de 55 a 64 años, y a 72% para los mayores de 80 (SIPP, 1995).
Estas deficiencias (o limitaciones funcionales) a menudo resultan en discapacidades que afectan las actividades cotidianas. Signos esenciales son las dificultades para caminar, ver, comer, comunicarse (oír y hablar), y hasta trastornos de la memoria y orientación. Estas restricciones en la actividad pueden llevar a desventajas, es decir, dificultades para mantener roles sociales: cuidar de sí mismo, tomar parte en actividades o acontecimientos familiares, participación en la vida social, etc.
El concepto de envejecer bien es fundamental para incrementar la duración y la calidad de vida. "Envejecer bien" promueve conductas personales que limitan los deterioros funcionales, especialmente aquellos causados por enfermedades crónicas, con el propósito de ayudar a los adultos mayores a mantener su independencia y buena salud. "Envejecer bien" enfatiza la idea de que las personas puedan mantener una vida satisfactoria y saludable a medida que envejecen ejerciendo opciones que optimizan una vida saludable, activa y segura. El envejecer bien es un proceso dinámico e interactivo que crea cambios positivos duraderos mediante el involucramiento de los individuos en los contextos físico, social, económico, histórico y cultural de sus entornos.
Un aspecto crítico del envejecer bien es el funcionamiento cognitivo, especialmente la eficacia cognitiva necesaria para mantener las actividades diarias asociadas con la salud en su totalidad.
En efecto, el envejecimiento es responsable de un deterioro progresivo de las funciones cognitivas. Una serie de trabajos científicos hallaron que la estimulación cognitiva tiene un significativo impacto positivo tanto para mantener una competencia cognitiva de alta calidad como también para retrasar el comienzo de la enfermedad de Alzheimer. Comparada con los pasatiempos más clásicos, la estimulación cognitiva puede ayudar a los adultos mayores a entender la disminución de su memoria y a mejora sus capacidades. El entrenamiento cognitivo puede llevarse a cabo en sesiones de entrenamiento virtual o "e-training". El objetivo del entrenamiento cognitivo es triple: mejorar el desempeño cognitivo, transferir las habilidades a las actividades cotidianas y mejorar la autoestima. Su efecto biológico está mediado por la reserva cerebral y la reserva cognitiva.
El uso de un entorno computacional puede modificar la auto-percepción y la autoestima de los adultos mayores al hacerse cada vez más competentes en el manejo de una herramienta y un entorno que inicialmente pueden haber considerado como complicado.
La reacción de terceros (supervisores y familia) frente al uso de la computadora por parte de los adultos mayores puede ser muy positiva al hacer comentarios, al demostrar un mayor interés, al reconocer sus capacidades y valorar su involucramiento. Comentarios de este tipo se oyen regularmente: "Mi familia me alentó desde el principio, y eso fue una sorpresa, una agradable sorpresa, siempre me preguntan cómo me está yendo. Están muy contentos con mi participación en el entrenamiento cognitivo. Me alientan a continuar."
Estos adultos mayores están aún más orgullosos por el hecho de que muy a menudo son mencionados como un gran ejemplo de una persona que se "hace cargo": "Nos ven de una manera diferente: Mi nieta, por ejemplo, le dice a sus amigos 'Mi abuela es fanática de la compu' Está muy orgullosa de mí y yo también de ella." Algunos hasta se convierten en modelos y referentes para aquellos que quieren empezar a usar la computadora: "Mi hermano también empezó a aprender computación cuando vio lo bien que me estaba yendo a mí." Lo que encontramos aquí es lo que Eve y Smoreda (2001) describieron como un fenómeno de familiarización, es decir, la presencia tranquilizadora de una persona con las mismas necesidades o estilo de vida de uno, utilizando o hablando de un objeto técnico y sugiriendo que el producto puede ser útil para uno mismo. El objeto comienza a perder su característica "de especialistas" y se vuelve un objeto familiar.
Por último, el recuperar cierto grado de independencia, especialmente cuando usan computadoras, hace que las personas mayores se sientan más seguras de sí mismas.