Lenguaje
El lenguaje es la característica humana por excelencia y la mayoría de los hispanoparlantes podrán leer sin dificultad esta frase y comprender su sentido.
Sin embargo, la lectura es una actividad compleja que necesita varios tipos de análisis de palabras y de frases.
- El análisis visual permite reconocer que tal forma representa tal letra, y que el conjunto de ciertas formas representa tal palabra.
- El análisis de la ortografía permite detectar posibles errores.
- El análisis sintáctico permite saber si una frase posee una estructura gramatical correcta.
- El análisis fonológico permite reconocer el sonido de las palabras o la forma en que son pronunciadas.
- El análisis semántico, por último, ayuda a comprender el significado de las palabras y de la frase.
Leer una palabra
Existen varios factores que hacen más o menos fácil la lectura de una palabra. Su frecuencia en el lenguaje posee un rol central. Cuanto más frecuente es una palabra, más rápida y más fácil será su identificación. Los modelos de léxico mental operan según criterios de clasificación como la “frecuencia de palabra”.
Por otro lado, la comprensión de una palabra en un contexto, o en asociación con otra palabra, es otro factor más que hace más fácil la lectura. La lectura del inicio de la frase genera una expectativa sobre qué palabras deberían seguir. Si uno ha leído, por ejemplo, "Caperucita Roja" uno espera encontrar la palabra "lobo" en alguna parte, más que "elefante" .
El que una palabra sea fácil de leer o no, depende también de ciertos criterios físicos. Estamos “entrenados” para leer las palabras con una cierta apariencia. Si esta apariencia cambia demasiado, la lectura se enlentece y se vuelve más difícil. Por ejemplo, la lectura de la palabra “eLeFAntE” es menos fácil que la de "elefante"
Comprender un texto o un discurso
Un texto es leído palabra por palabra, frase por frase, y párrafo por párrafo. Para poder entender el sentido de un texto es necesario mantener temporariamente en mente los fragmentos de información que han sido leídos en cada paso. Estos ayudan a comprender la siguiente frase o el siguiente párrafo. Sin embargo, es imposible retener las frases exactamente tal como aparecen en un texto. Solo la información más pertinente y necesaria para dar sentido al texto es retenida.
Así, la frase “A María le gustan los chupetines, los caramelos y los chicles" puede ser resumida por "A María le gustan las golosinas". La informacion no pertinente, redundante o contradictoria es borrada de nuestra memoria para evitar la sobrecarga y para extraer y comprender el sentido global del texto.
En otros términos, las palabras que leemos son organizadas para que tengan sentido. Se obtiene entonces un significado global que se ajusta dentro de un tema central. El conocimiento del lector está también activamente implicado en la comprensión de un texto. En el ejemplo de "Caperucita Roja", dado nuestro conocimiento del cuento y lo que sabemos sobre la dieta de los elefantes, nos soprenderá leer la palabra "elefante" en lugar de "lobo". Por tanto, al leer algo esto nos lleva a suponer ciertas otras cosas que están basadas en nuestro conocimiento general.
La lectura de frases aparentemente no relacionadas como "El auto ha sido robado. Pablo se quedó sin dinero” nos lleva automática e implícitamente a la suposición de que “todo el dinero de Pablo estaba en su auto”. Esto sucede para darle sentido a las frases aparentemente no relacionadas, aún a riesgo de extraer un significado o intención incorrectos.
Por supuesto, la comprensión de un texto leído es sólo un aspecto del lenguaje y la mayoría de estas explicaciones pueden ser aplicadas a la producción y comprensión del discurso oral.